Llegué el domingo de noche con pocas ganas de comer, pero fue ponerme un plato de cocido delante y mi apetito voraz se desató. Mis papilas gustativas reconocieron los sabores y una sensación de placer, que duraría 3 semanas, me invadió. ¡Comida gallega por fin! Lunes fue en casa con mis niños, tuve pulpo para comer y fuimos al parque por la tarde. Martes en casa de mis abuelos paternos y vi a Chave por la tarde. Me emocioné al verla, estos últimos meses la tuve muy presente. Miércoles marché a Santiago: primero me encontré con Cris, luego a mi padre y finalmente a Analía y a Goran. Se me dio por ir a clase, nadie me esperaba más que Isa y Cris y se sorprendieron de verme. Al día siguiente charlé un rato con Mikel, que ya se muere por empezar su Erasmus en Aberdeen. Fiesta esa noche, rememorando viejos tiempos. El finde fue en casa con los míos, salí de marcha el sábado con Chave y Laura y así acabó mi primera semana. La segunda fue casi igual, el martes quedé con Lemi, también tenía muchas ganas de verlo. Mi deseo se cumplió: pedí sol y calor y lo tuve hasta decir basta. Fuimos a la playa y hasta nos pegamos un chapuzón. Miércoles y Jueves en Santiago again y finde en casa. Sábado de fiesta (hacía años que no jugaba al parchís jejejeje) y domingo en el sofá por primera vez desde que llegué. Lunes otra vez con Lemi, ¡era su cumple! Dimos un paseo por Masso y tomamos zumo y helado en el Argólide. Martes descansé, miércoles me despedí de Chave. Jueves en Santiago, fuimos a una fiesta en Políticas. Viernes estuve jugando con mis niños y le dije adiós a la familia. Sábado…. Mi último día en Galicia hasta junio.
Supuestamente salía de Vigo a las 4 y… ¡fucking Vueling! Su vuelo inaugural a Londres tuvo 4 horas de retraso. Vamos, que perdí el de Londres-Aberdeen y tuve que dormir en la capital inglesa. Al principio no me hacía ninguna gracia, no me gustaba verme sola en esa situación, pero mi madre me ayudó en todo. Ella y Loli me consiguieron un vuelo a Escocia el domingo a las 3 y me reservaron un hotel. ¡Dormí como una reina en una cama de 1’50 para mi sola! Ojalá mi cama de Aberdeen fuese así… Llegué a Heatrow y, después de saber que en taxi me cobraban 125 libras por llevarme hasta el hostal, me pillé un bus hasta el aeropuerto de Gatwick (de donde saldría al día siguiente) por 21 pounds. Una vez allí, cogí taxi hasta el hotel. Me tocó un taxista simpático, me reí todo el trayecto sin parar, a pesar de lo cansada que estaba. Esta mañana cogí taxi de nuevo y estoy esperando, a punto de embarcar con Flybe para Aberdeen. Estar en Londres fue una gozada en términos lingüísticos, me di cuenta de que entiendo el inglés perfectamente y me sale fluido… no hay nada como irse a Escocia para aprender, si consigues entenderte allí, ¡entenderás cualquier acento!