domingo, 8 de mayo de 2011

Tres semanas de vacaciones en Galicia

Llegué el domingo de noche con pocas ganas de comer, pero fue ponerme un plato de cocido delante y mi apetito voraz se desató. Mis papilas gustativas reconocieron los sabores y una sensación de placer, que duraría 3 semanas, me invadió. ¡Comida gallega por fin! Lunes fue en casa con mis niños, tuve pulpo para comer y fuimos al parque por la tarde. Martes en casa de mis abuelos paternos y vi a Chave por la tarde. Me emocioné al verla, estos últimos meses la tuve muy presente. Miércoles marché a Santiago: primero me encontré con Cris, luego a mi padre y finalmente a Analía y a Goran. Se me dio por ir a clase, nadie me esperaba más que Isa y Cris y se sorprendieron de verme. Al día siguiente charlé un rato con Mikel, que ya se muere por empezar su Erasmus en Aberdeen. Fiesta esa noche, rememorando viejos tiempos. El finde fue en casa con los míos, salí de marcha el sábado con Chave y Laura y así acabó mi primera semana. La segunda fue casi igual, el martes quedé con Lemi, también tenía muchas ganas de verlo. Mi deseo se cumplió: pedí sol y calor y lo tuve hasta decir basta. Fuimos a la playa y hasta nos pegamos un chapuzón. Miércoles y Jueves en Santiago again y finde en casa. Sábado de fiesta (hacía años que no jugaba al parchís jejejeje) y domingo en el sofá por primera vez desde que llegué. Lunes otra vez con Lemi, ¡era su cumple! Dimos un paseo por Masso y tomamos zumo y helado en el Argólide. Martes descansé, miércoles me despedí de Chave. Jueves en Santiago, fuimos a una fiesta en Políticas. Viernes estuve jugando con mis niños y le dije adiós a la familia. Sábado…. Mi último día en Galicia hasta junio.

Supuestamente salía de Vigo a las 4 y… ¡fucking Vueling! Su vuelo inaugural a Londres tuvo 4 horas de retraso. Vamos, que perdí el de Londres-Aberdeen y tuve que dormir en la capital inglesa. Al principio no me hacía ninguna gracia, no me gustaba verme sola en esa situación, pero mi madre me ayudó en todo. Ella y Loli me consiguieron un vuelo a Escocia el domingo a las 3 y me reservaron un hotel. ¡Dormí como una reina en una cama de 1’50 para mi sola! Ojalá mi cama de Aberdeen fuese así… Llegué a Heatrow y, después de saber que en taxi me cobraban 125 libras por llevarme hasta el hostal, me pillé un bus hasta el aeropuerto de Gatwick (de donde saldría al día siguiente) por 21 pounds. Una vez allí, cogí taxi hasta el hotel. Me tocó un taxista simpático, me reí todo el trayecto sin parar, a pesar de lo cansada que estaba. Esta mañana cogí taxi de nuevo y estoy esperando, a punto de embarcar con Flybe para Aberdeen. Estar en Londres fue una gozada en términos lingüísticos, me di cuenta de que entiendo el inglés perfectamente y me sale fluido… no hay nada como irse a Escocia para aprender, si consigues entenderte allí, ¡entenderás cualquier acento!

Experiencias entre aviones...

La casa estaba en silencio, era domingo a las 8:45 de la mañana. Me vestí, desayuné algo y agarré las maletas. Me despedí de Mischa y me fui en taxi al aeropuerto. Empecé a leer Poe, pero tenía la vista cansada. Poco después, a las 11:30, mi avión despegaba con destino Londres, a Heatrow. Y qué pesadilla de vuelo…. Tres tíos se sentaron detrás de mía, con kilts y gorros. Acento escocés marcado, cada vez me gustaba más. Sin embargo, acabaron con mi paciencia. Tooodo el dichoso viaje a carcajada limpia, tres de cada cinco palabras eran fuckin’ something y me acordé de Trainspotting a más no poder. Para colmo, al otro lado del pasillo se oía a un bebé lloriqueando y protestando. Desde mi asiento no podía verla, pero escucharla era un verdadero suplicio. Me perforó los tímpanos durante una hora. Incluso llegué a pensar si la niña estaría poseída por una Banshee, porque fueron los gritos más agudos q escuché en toda mi vida. Así, después de un aterrizaje que me pareció eterno, me deshice de una maldita vez de los plastas de atrás y del berrinchudo bebe, o eso creía…. Ya en la terminal, iba en busca de mi maleta facturada cuando el de atrás me llamó. Era uno de los 3 Aberdonienses, preguntándome por la salida. ¡Y yo qué carajo sabía, es Heathrow, el aeropuerto más grande de Europa! Total, que les dije que era española y que no lo sabía y el muy guay va y me habla primero en francés y luego me dice ”obrigado”. Tomaaaa… si al final voy a tener pinta de portuguesa y todo. Lo que no me pase a mi en aeropuertos no le ocurre a nadie. Después de la señora que me vació medio paquete de pistachos encima de mi libreta en Luton sin conocerme de nada en Enero, hoy me topé con unos cuantos personajillos. ¡Todo hay que decirlo, gente muy amable! Un chico me guió un poco para coger el tren a la terminal 3 y al llegar, para mi sorpresa, escuche gallego. Dios, no os imagináis la sonrisa tonta que se me puso en la cara. ¡¡Si, volví a casa!! Ya no sabía qué me estaba pasando… a veces tenía ganas de volver y otras no quería dejar Escocia, creo que le estoy cogiendo el gusto a la vida aquí, sobre todo porque sé que es por un período corto y ya casi no me queda tiempo.

Mientras comía me llamó Cris y lo primero que me pregunta es “¿Y dónde estás?” “¡En Londres! Llegaré esta tarde, entra en el tuenti y lee”. No sabes lo que me gustó oír tu voz, es una tontería pero me hiciste sonreír. Para entretenerme tenía música y lectura: The Corrs, Flogging Molly y Jared Leto sonaban mientras leía Los extraordinarios casos de Monseur Dupin. Ya en el segundo avión, el acento coruñés relevaba al escocés. Estaba cansada, tenía unas ganas tremendas de quitarme las botas, ponerme cómoda y tirarme en MI cama. ¡Después de 2 meses y medio volvería a saber lo que es una almohada de verdad! Las horas pasaban y por fin llegamos a Galicia. Primero las maletas y luego… me esperaban ellos. Mi madre y mis abuelos habían venido a buscarme.

Dundee, Perth y Stirling

Marchamos el sábado 12 y cogimos un coche de alquiler todo el finde. Gracias a Selene, que es toda una jefa conduciendo!! Dos días caminando bajo la lluvia y mirando las maravillas que nos ofrecía aquella parte de las Lowlands. Primero llegamos a Dundee con un cielo gris. Un museo espectacular, una gran variedad de edificios altos y locales y un gran puerto reflejaban el carácter cosmopolita de la ciudad. Algo que captó mi curiosidad fueron las estatuas de pingüinos en diferentes partes de la ciudad, puede que tenga que ver con la proximidad del Ártico, pero a saber…. Cuentan con un barco antiguo que trae a la imaginación historias de piratas y corsarios. Las calles principales son grandes y con multitud de tiendas y tiene fama de tener buena marcha, una lástima que no nos quedáramos. Después, tiramos hacia Perth, que a pesar de su río, de su hermoso paseo y algún que otro edificio histórico, es un sitio mucho más triste contrastándolo con Dundee. Otra sorpresa: una iglesia con exactamente la misma arquitectura y estética que el edificio de King’s College en Aberdeen. Entramos en un museo marino y nos pusimos a jugar con los disfraces para niños de la entrada. Las mujeres de recepción nos indicaron el camino a un castillo magnífico en Perthshire, Scone Palace, pero estaba cerrado. Intentamos seguir la valla para ver si se miraba algo desde la carretera, pero nos acabamos perdiendo. Buscando un sitio para dar la vuelta, acabamos en una propiedad privada. ¡Y qué casa! Mi imaginación se disparó y mi curiosidad ganó la batalla. Los convencí para echar un vistazo y dar una vuelta. Quién sabe si sería la casa de un conde…. Regresamos al coche y nos encaminamos hacia Stirling. Llegamos de noche y fuimos a un pub donde una chica cantaba en directo. Aparte de country, cantó Sex on Fire de Kings of Leon. Celi, Selene y yo seguimos de fiesta un rato y volvimos al hostal más tarde. A la mañana siguiente tocó pateo. Mi boca ya no se cerraba de asombro, sin duda alguna Stirling es la ciudad más bonita de las Lowlands. Iglesias y cementerios con simbología masónica, una antigua cárcel convertida en museo, el castillo de Rober the Bruce (uno de los grandes reyes escoceses medievales) y el monumento a William Wallace hacen de Stirling una belleza. A media tarde emprendimos el viaje de regreso (y perdiéndonos un poquito por intentar explorar casi tiramos para Glasgow jejejeje).

La semana siguiente era de relax y planeamos varios eventos. El 16 representaban The Importance of being Earnest, de Oscar Wilde, pero pusieron mal la hora en el evento y quedamos sin verla. Pedazo fail… El 17 Celi y yo después de clase fuimos a ver el musical Jekyll and Hyde. Piel de gallina, pelo de punta y los latidos en la garganta. Era una versión del clásico de Stevenson, pero igual de emocionante. ¡No sabes cómo me hubiese gustado que estuvieses conmigo en ese momento, William! Después de unas espeluznantes 2 horas, ya tocaba celebración porque también era St Patrick’s Day!! El mundo se tiñó de verde y de folk por 24 horas y la fiebre irlandesa también llegó a Aberdeen. Esa noche en el Watering (como en cualquier otro sitio) la Guinness era la reina de la fiesta y los gorros verdes brillaban en la oscuridad. ¡Otra gran noche para la colección!

Pero una vez se acabó todo, tocó encierro otra vez. Mi tercer essay era para el día 25 y me volví a recluir, esta vez con The Strange case of Dr Jekyll and Mr Hyde comiéndome la cabeza. El trabajo era sobre la hipocresía y la represión de la sociedad victoriana en la novela de Stevenson. Eran mis últimos días en Escocia… ¿cómo es posible que el tiempo pase tan rápido y casi sin darnos cuenta a veces? Me iba 3 semanas de vacaciones a casa por Pascua, el 27 de Marzo agarraría 2 aviones y volvería a mi tierra…

Marzo

Empezó con tan buen pie como Febrero. ¡Fiesta Pirata el día 1 en el Moorings! A decir verdad, nadie quiso disfrazarse, Celi se puso una pañoleta y yo disfruté como una enana, eran parte de mis “carnavales” en Escocia. Aparte de una Leffe, probé una cerveza negra Japonesa llamada Asahi, ¡buenísima! Tiene algo especial en su sabor...

En esa misma semana tuve 3 cumpleaños: el viernes 4 celebramos los 24 de Miguel. Cenamos unas pizzas y nos fuimos al centro de marcha, una buena noche! Ese día llegaron unas amigas de Mischa y el sábado el piso se llenó a rebosar. Martha y Mischa cumplían el mismo día y decidieron celebrar una fiesta de disfraces. No teníamos una fiesta tan bestia desde la Freshers’ Week!!! Superhéroes y villanos invadieron nuestro pasillo: Las Mistifs, una Robin Hood con su Little John, Catwoman, Obi Wan Kenobi, Misty y el Team Roket, Lobezno, Black Cat, Black Widow y hasta Peter Griffin desfilaron por la cocina. Bajamos al bar y continuamos la fiesta en casa una vez se cerraron las puertas del Watering Hole. Dormí muy poco esa noche. A la mañana siguiente, hice las 2 tartas de chocolate y galletas y Martha preparó su lasaña para cenar.

La semana siguiente fue de trabajo, a pesar del sol que brillaba y del “buen tiempo” que hacía (oye, 12 grados en marzo en Escocia es un sueño hecho realidad). El essay de Renaissance literature era para el día 10 y sólo a mí se me ocurre escoger el tema del courtship en Venus and Adonis de Shakespeare y en Hero and Leander de Marlowe. Las gominolas volvieron a volar y mi mente sufrió las consecuencias de tanto verso erótico. Alguna debío de quedar asustada conmigo esos días… después de una agonía que parecía no tener fin, acabé el ensayo. Libre al fin, comiendo donuts rellenos de mermelada y café como todos los martes, Laura, Miguel, Rosa, María, Celia, Selene y yo decidimos preparar un viaje de fin de semana. Teníamos pensado ir a Inverness, al Loch Ness y hasta la isla de Skye, pero nuestros planes se chafaron cuando el miércoles cayó una nevada increíble en TODA Escocia excepto en Aberdeen. El tiempo cambió tan rápido como sólo lo sabe hacer aquí y fue imposible. Así que cambiamos el plan, tocaría Dundee, Perth y Stirling!